diumenge, 18 de desembre del 2011

Hablando de sensibilidad...

Cada postura es nueva para mí. Cada postura significa toda postura irremediablemente diferente y particular aunque parezca la misma, porque el momento es otro, porque yo ya soy otra. Toda vez que asiento mi cuerpo (diría, pues, me asiento, aunque el diccionario no lo permita) hago la suave tarea de ubicarme sensorial, emocional y mentalmente en mi presente. Y, en ese fluido cambiante, la experiencia es exquisitamente única. Aprendo a ser como proceso. Me fijo, atiendo, hilo fino, y todo lo que creo (pienso) ser se desvanece. Mi yo fortaleza es ahora contacto pleno. Marea. O, mejor, oleaje. Siempre distinto.

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