divendres, 30 de desembre del 2011

El malestar de nuestro tiempo (fragmento)

La confusión radica precisamente en ese <<uno mismo>>, o dicho de otra manera, en la pregunta por antonomasia: <<¿Quién soy yo?>>, ese interrogante que nos mete de cabeza en la vía del autoconocimiento y que es la pregunta recurrente en los diversos ciclos vitales, desde la adolescencia a la vejez. Es inevitable formulársela en momentos determinados, así de descanrada o en versiones más concretas y específicas, como qué hacer ante opciones existenciales contrapuestas, qué decidir en ámbitos comprometidos (pareja, trabajo…), qué opinar o cómo actuar ante sucesos distorionados por la prensa o la política, etc.
A la vez que es imposible no cuestionarse en dichos momentos y buscar dentro de sí la verdad anhelada, es también inevitable distraerse y mirar para otro lado, buscar atajos cómodos y evitar el vértigo acogiéndose a verdades oficiales, sancionadas por la moda, reconocidas y por lo tanto seguras.
Se resuelve así la crisis existencial en lugar de aprovechar su sentido transformador. Otras veces se abortan estas <benditas> aunque incómodas crisis, medicalizándolas, reduciéndolas a síndromes de angustia y estrés que se tratan con ansiolíticos única e interesadamente, o sea, al servicio de perpetuar la inconsciencia y el adormecimiento.
Paco Peñarrubia. El malestar de nuestro tiempo (fragmento).

dijous, 29 de desembre del 2011

mi misterio

Si supiera a dónde voy, mis pies serían losas.
Si supiera quién soy, moriría en duelo.
No me guía el saber, porque no da consuelo.
Me guía el misterio, sobre todas las cosas...




_rescatat del blog que comparteixo amb el Nacho: "de libélulas y granos de mostaza"

diumenge, 18 de desembre del 2011

Hablando de sensibilidad...

Cada postura es nueva para mí. Cada postura significa toda postura irremediablemente diferente y particular aunque parezca la misma, porque el momento es otro, porque yo ya soy otra. Toda vez que asiento mi cuerpo (diría, pues, me asiento, aunque el diccionario no lo permita) hago la suave tarea de ubicarme sensorial, emocional y mentalmente en mi presente. Y, en ese fluido cambiante, la experiencia es exquisitamente única. Aprendo a ser como proceso. Me fijo, atiendo, hilo fino, y todo lo que creo (pienso) ser se desvanece. Mi yo fortaleza es ahora contacto pleno. Marea. O, mejor, oleaje. Siempre distinto.

dimecres, 7 de desembre del 2011

¿Qué es el cuerpo?

La Iglesia dice: El cuerpo es una culpa.
La ciencia dice: El cuerpo es una máquina.
La publicidad dice: El cuerpo es un negocio.
El cuerpo dice: Yo soy una fiesta.

Las palabras andantes, Eduardo Galeano.