dijous, 19 de maig del 2011

Seguir jugando

El yoga no es esfuerzo, es repetición.


Al bebé que empieza a andar no le ves el rostro inquieto, el ceño fruncido. No suda. No tensa. Es juego intuitivo. Permanece relajadamente activo.


Y esta es una suerte de declaración de intenciones, más allá de la sadhana (práctica de yoga, meditación o cualquier práctica regular con una meta, generalmente, de tipo espiritual o trascendente). Es algo que he aprendido con el tiempo y la práctica. Más vale aprehender soltando. 


En los primeros pasos, en la sadhana (física o meditativa), en cualquier tarea cotidiana, extraordinaria o, incluso, revolucionaria, el logro es mayor (un logro no economizado, sino trascendente) cuando hago, cuando juego, sin pretender controlar los resultados. Los resultados, así, emergen.


Hago y suelto. Soy y dejo ser. Mi compromiso es con el juego, no con el resultado. Mi tarea es seguir jugando.